¿Se ha parado a pensar que para limpiar sus dientes tiene que meter en la boca un instrumento (cepillo) expuesto al aire húmedo y caliente del cuarto de baño (su lugar habitual) y en ocasiones en contacto con otros cepillos que han pasado por otras bocas, que por muy familiares que sean, no dejan de ser diferentes de la suya? Y, consciente de esto, ¿cada cuánto tiempo cambia su cepillo de dientes? En nuestra tienda online Athenadental puedes ver todos las unidad dental, rayos x dentales, micromotor, micromotor dental, los cuales facilitarán tu trabajo en tratamientos dentales.
Un cepillo dental desgastado pierde gran parte de su eficacia, dejándonos así una higiene dental muy deficiente con la que podemos contraer cualquier enfermedad dental, y es que cuanto más uses el cepillo, más bacterias se acumulan en él. Es decir, para evitar volver a contaminar nuestra bocas con nuestras propias bacterias, lo ideal sería cambiar el cepillo cada tres meses aproximadamente.
Otra recomendación importante de cara a conservar nuestro cepillo dental de forma óptima es que nos aseguremos de que al dejarlo esté lo más seco posible, para evitar así la proliferación de bacterias en la humedad.
También será importante asegurarse de que le estamos dando una abundante limpieza al cepillo después de cada uso. ¿Por qué? Porque así evitaremos que queden restos de bacterias, que proliferarán alrededor de toda la zona de cerdas del cepillo.
A pesar de lo que la creencia popular pueda indicar, según la ADA no es recomendable ni dejar cepillos cerca unos de otros, porque los microbios se esparcirán entre ellos, y tampoco resulta una buena idea el utilizar protector plástico para el cepillo ya que aumenta las bacterias.
La siguiente recomendación, aunque a priori pueda resultar algo lógico, es que nos lavemos las manos antes del cepillado dental, ya que podemos tenerlas contaminadas y pasar los gérmenes a la boca.
En definitiva, siguiendo unos pequeños trucos y pautas nos aseguraremos de que nuestro cepillo es óptimo para nuestra higiene bucal, preservando así nuestra salud. Si mantenemos todo en orden, nuestra boca nos lo agradecerá luciendo siempre saludable.
Si, además, tenemos una caries, “existirán en ese cepillo dental cepas bacterianas cariogénicas como el estreptococo mutans o lactobacilus, cuyas cepas van creciendo en el mismo de manera regular” dice Carolina Pérez. Por lo tanto, en estos casos, lo primero que hay que hacer es tratar la caries y después desechar el cepillo usado hasta ese momento, aunque no haya pasado el tiempo recomendado de uso.
La importancia de la higiene interproximal